miércoles, 15 de abril de 2009

Castillo de Garcimuñoz. Cuenca









Está construido de sillarejo y argamasa. Sus muros, de casi tres metros de espesor, están construidos para resistir el ataque de la artillería. En la parte baja está reforzado por un talud que dificultaba su conquista. Tiene forma de cuadrado irregular. Sus esquinas están fortificadas con cubos de planta circular. El del Norte era su torre del homenaje. Estos torreones tenian cúpula de ladrillo y estaban coronados con casamatas o amplias plataformas para el emplazamiento de la artillería. Tuvo dos plantas más la baja, dispuestas en torno a un patio central o patio de armas. En la primera planta destacan troneras de última época, denominadas de cruz y orbe. En el segundo piso de su lado noroeste destacan cinco ventanas góticas con forma de cruz. Tanto en los lienzos como en los cubos posee el clásico cordón o bocel decorativo, característico de las fortificaciones del siglo XV. Las ventanas del primer y del segundo piso en sus alas noroeste y suroeste dan testimonio de que una parte del castillo tuvo finalidad palaciega.



La portada, que es una joya entre los castillos de España, está hecha con sillares. Su estilo es gótico isabelino y semeja un retablo de piedra tallada suspenso sobre el muro. En ella distinguimos dos partes: La inferior corresponde a la puerta que se halla a dos metros sobre el nivel actual del suelo, sus jambas se rematan con arco carpanel. De la prolongación de las jambas arranca una orla ornamental que se cierra sobre la corona; debajo de ésta y en el centro, las armas reales de Enrique IV; más abajo, una armadura y tres escudos borrosos. La parte superior es una buharda o ladronera. En ella hay cuatro huecos de troneras en forma de llave invertida rematada en cruz.




Garcimuñoz fue reconquistada en 1182 por Alfonso VIII de Castilla. En 1305 pasó a manos del infante escritor don Juan Manuel junto con Alarcón y Belmonte quien construyó un nuevo castillo sobre el alcázar árabe. El castillo fue rehecho totalmente en la segunda mitad del siglo XV por don Juan Pacheco, marqués de Villena. Comenzó siendo solo una fortaleza, bastión de vigilancia del marquesado de Villena y alcanzó notoriedad eterna el día que, asaltando estos muros, cayó herido Jorge Manrique cuando luchaba contra el Marqués, en 1479, en una emboscada tendida por los habitantes del pueblo. Sorprenden sus equilibradas proporciones, las poderosas torres y, sobre todo, la bellísima portada principal de estilo renacentista. El castillo está formado por un cuerpo cuadrado con fuertes y muy reforzados muros, flanqueados por gruesos torreones circulares y anchas plataformas para emplazar las piezas de artillería. En el siglo XVII se construyó en su recinto la iglesia parroquial, que inscribe su torre cuadrada en uno de los cubos de la muralla. Se encuentra en estado de ruina consolidada. Se conserva todo el recinto de los muros exteriores con troneras, pero el interior está derruido, excepto las edificaciones de los sótanos, por haber sido utilizadas durante el siglo XIX como cementerio. Es propiedad del Ayuntamiento de Castillo de Garcimuñoz, y se usa como iglesia parroquial y cementerio.



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