jueves, 18 de junio de 2015

Maestres de la Orden de Santiago en la segunda mitad del siglo XV

45. Alonso de Cárdenas (1474-1476 en León) (primera vez)

46. Rodrigo Manrique (1474-1476 en Castilla). En 1474 fue proclamado Gran Maestre de la Orden de Santiago en la villa de Uclés. Enterrado en el coro de la iglesia del monasterio de Ucles. A sus pies en el cuerpo de la iglesa fue enterrado cinco años después, en 1479, su hijo el poeta Jorge Manrique. Nada queda de esos enterramientos tras las reformas que se ha hecho. Entró en la orden de Santiago en 1418 con doce años de edad.


De la estructura primitiva de esta fortaleza quedan tres torres con un muro que las une. De la antigua fortaleza de la Orden de Santiago quedan tres torres cuyos nombres vienen equivocados en la mayoría de los libros de castillos, pero que están claramente definidos en los Libros de Visitas de la Orden que se guardan en el Archivo Histórico Nacional. Las tres torres que actualmente apreciamos en dirección norte-sur, son las siguientes: la torre del Pontido, unida por un puentecillo a la torre del Palomar-las encontramos como siendo las del Homenaje Viejo y el Homenaje-, a continuación un foso excavado en roca, que se vencía por medio de un puente levadizo y que conectaba con una muralla que conducía a la torre Albarrana. De las antiguas torres del Homenaje Viejo, del Homenaje, de la Plata y Blanca no conocemos su localización exacta, aunque sabemos que fueron derribadas para proseguir las obras de la actual iglesia.

Barrera desde la Torre Albarrana hasta la de la Plata con un torreón. Desde la Torre de la Plata  había un lienzo de muralla hasta el Puente Levadizo. Una barrera unía el convento con la fortaleza. Se sabe de una torre llamada Chinchada.  La Torre Vieja del Homenaje estaba unida con la del Palomar con un baluarte. Sabemos de un cubo al que se llama Beltrán cercano a la puerta principal, unidos por muralla almenada, y a la Torre del Homenaje. La Torre Blanca estaba cerca de una de las esquinas de la muralla. En todos estos elementos defensivo realizaron reparaciones los maestres Alonso de Cardenas y Rodrigo Manrique. 

Jorge Manrique, caballero y Trece de la Orden de Santiago, Se enroló con las tropas del bando de Isabel y Fernando en la guerra contra los partidarios de Juana la Beltraneja. Como teniente de la reina en Ciudad Real, junto a su padre Rodrigo, hizo levantar el asedio que a Uclés habían puesto Juan Pacheco y el arzobispo de Toledo Alfonso Carrillo de Acuña. En esa guerra, en una escaramuza cercana al castillo de Garcimuñoz en Cuenca, defendido por el Marqués de Villena, fue herido de muerte en 1479, probablemente hacia la primavera. Como con el nacimiento, hay distintas versiones sobre el suceso: algunos cronistas coetáneos como Hernando del Pulgar y Alonso de Palencia dan testimonio de que murió en la misma pelea, frente a los muros del castillo, o justo a continuación.3 Otros, como Jerónimo Zurita, sostuvieron con posterioridad (1562) que su muerte tuvo lugar días después de la batalla, en Santa María del Campo Rus (Cuenca), donde estaba su campamento. Rades de Andrada señaló cómo se le encontraron entre sus ropas dos coplas que comienzan «¡Oh mundo!, pues que me matas...». Fue enterrado en el monasterio de Uclés, cabeza de la orden de Santiago. La guerra terminó pocos meses después, en septiembre.

Trece de la Orden de Santiago, trece fueron los caballeros que con Pedro Fernandez fundan la Orden y Trece son los caballeros encargados de nombrar al Maestre.Los Treces constituyen las primeras dignidades de la Orden, después de los priores de Uclés y de San Marcos de León. Los Comendadores Mayores de Castilla y de León siempre fueron Treces. Hasta el año 1212 no se menciona documentalmente a los Treces. 

¿Vos Don... juráis a Dios ya Santa María ya esta señal de Cruz, ya estos Santos Evangelios, que tocáis corporalmente con vuestras manos, que cuando muriese el Maestre, que vos escogiereis persona idónea y suficiente para ser Maestre, que sea para reedificar y para defender y adelantar la Orden y mantener los frailes, según la Regla y Establecimientos de nuestra Orden y que no sea talla destruya?
RespuestaSí, juro.
¿Item que si viereis que el Mestre es inútil y pernicioso e incorregible y sin provecho, y que destruye la Orden más que la aprovecha, que vos le depondréis del Mestrazgo, según forma de derecho?
RespuestaSí, juro.
¿Item que si alguna cuestión naciese entre él y el Cabildo, que vos intervendréis entre ellos?
RespuestaSí, juro.
¿Otrosí, que por este poder que tenéis no obedezcáis menos al Maestre, en tanto que será Maestre, de modo que no le desobedezcáis en contrario de lo que habéis jurado?
RespuestaSí, juro.


En el años 1108 los cristianos pierden Uclés que habia sido tomada por Alfonso VI en el año 1085. Reconquistada de nuevo en el añó 1157 por Alfonso VIII con ayuda de tropas sorianas.

Encontramos en El Acebrón  el topónimo Sicuendes, palabra que, muy probablemente, habría evolucionado desde Siete Condes y que denomina unas tierras en las que tuvo lugar la batalla de Uclés contra los ejércitos almorávides.

El panteón. Entre la sacristía y la iglesia se halla la entrada a la cripta, que tiene forma de cruz latina. Hoy está destinada a teatro y no quedan restos de enterramientos. La antigua iglesia fue sepultura de ilustres personajes de la Orden de Santiago. Allí se enterró al Maestre Rodrigo Manrique y a su esposa, así como a su famoso hijo Jorge Manrique y muchísimos personajes más de la Orden. Hoy no se sabe exactamente dónde reposan estos restos. Al construirse la actual iglesia (1602) los sepulcros existentes en la iglesia de Santiago fueron reubicados en un subterráneo de la misma, al cual se bajaba por una escalera de ochenta escalones que había en una capilla debajo del coro.
En el siglo XVII se construyó el patio del monasterio, con dos pisos de galerías, el superior cerrado a modo de balcones, así como la escalera que da acceso a este segundo piso.

Mencía de Figueroa Laso de Vega (Beas de Seguras. XV - Segura de la Sierra1444), esposa de Rodrigo Manrique, padres del poeta Jorge ManriqueFalleció en 1444, siendo enterrada en el Monasterio de Nuestra Señora de la Peña de Orcera, (Jaén), trasladando años más tarde los restos mortales a la capilla del Monasterio de Uclés (Cuenca), junto a los de su marido e hijo Jorge. Éste traslado se hizo a petición de su hijo mayor, Pedro, por temor a que los restos fueran profanados donde estaban.


47. Fernando el Católico (1476-1477) Administrador
48. Alonso de Cárdenas (1477-1493) (segunda vez)
49. Reyes Católicos (1493-...) Administradores. Incorporación definitiva a la Corona de España bajo el reinado de Carlos I.



Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet entregan el castillo de Uclés al Maestre de la Orden de Santiago Pedro Fernández de Fuentencalada (Magister P. Ferrandi[z]), hecho que sucedió el 9 de enero de 1174. Miniatura perteneciente al Tumbo menor de Castilla (Archivo Histórico Nacional). Sobre las viñetas se pueden apreciar las leyendas:
ALIENOR : REGINA | ALFONSUS REX : | MAGISTER : P : FERRANDI[Z] | CASTELLUM DE : UCLES | QUIDAM FRATER.
Leonor, reina; Alfonso, rey; maestre P. Fernández; castillo de Uclés y un fraile (literalmente 'hermano'), respectivamente.

Los santiaguistas habían perdido su sede de Cáceres y sus posesiones en Badajoz a manos de los almohades en el año 1173.

El 26 de febrero de 1174 la Orden consagra la iglesia del Castillo de Uclés pasando de la advocación de Santa Maria a la de Santiago. Consagración que hace el arzobispo de Compostela, Pedro Suárez de Deza (1173-1206). Durante su mandato en Compostela se terminó el pórtico de la Gloria de la Catedral compostelana.


El 9 de enero celebración en Arévalo (Ávila) del acto solemne por el cual Alfonso VIII de Castilla entrega el castillo y la villa de Uclés (Cuenca) a Pedro Fernández, Gran Maestre de la Orden de Santiago. 


Alonso de Cárdenas y Rodrigo Manrique como maestres de la Orden de Santiago tuvieron que arreglar parte de las defensas de la fortaleza de Uclés en la cual estaba el monasterio medieval de la Orden. 


Tumbo menor de Castilla (siglo XIII). Libro de Privilegios de la Orden de Santiago. Primer códice diplomático del Archivo de San Marcos de León de la Orden de Santiago.

Tumbo elaborado en 1469 por Gonzalo Sánchez de Olivares, por orden del Maestre Juan Pacheco, marqués de Villena. 

Muy recomendable, Opúsculos castellanos... noticias históricas sacadas del archivo de Uclés.  De Ambrosio Morales en el siglo XVI. Profeso en la Orden de los Jerónimos. También suyo, Discurso de la verdadera descendencia del glorioso doctor Santo Domingo y como tuvo su origen de la ilustrísima casa de Guzmán (1584).


El Archivo General de la Militar Orden de Santiago  estaba en su convento de Uclés hasta la desamortización de 1836 que se traslada al Archivo Histórico Nacional. Muy disminuido en el numero de sus documentos por las vicisitudes por las que ha pasado el Monasterio. A lo largo de los setecientos años en los que el Archivo General de la Orden de Santiago estuvo en el monasterio de Uclés, el lugar en que se guardó experimentó profundas reformas y reconstrucciones, debido al natural deterioro, en unas ocasiones, y a los destrozos ocasionados por las luchas, en otras. Su evolución estuvo influenciada por las circunstancias históricas que, en cada momento, padeció la Orden. Por otra parte, el “concepto” de archivo y el valor dado al mismo han cambiado a lo largo del tiempo, lo que se aprecia en las sucesivas etapas de su historia: desde que era considerado en el siglo XII como un “tesoro”, sin la existencia de un archivero o institución que lo organizara, hasta convertirse progresivamente en un verdadero instrumento administrativo con un cargo de archivero creado para ello.

Durante los siglos XII al XV, el archivo era considerado como un tesoro, y realmente lo era, pues sus documentos legitimaban el poder que la Orden ejercía en los diferentes lugares, conventos, monasterios, hospitales, castillos… Las bulas fundacionales, privilegios y donaciones, tanto reales como privadas y pontificias, constituían los bienes de la Orden.Todos estos documentos se custodiaban junto a las riquezas de oro y plata que poseía el convento, en un lugar llamado “tesoro”, dentro de la sacristía de la iglesia del castillo de Uclés. Allí se guardaban los pergaminos y escrituras en un armario construido para ello, como indica un documento del año 1211 por el que el prior don Pedro dio unas constituciones o estatutos al desparecido Hospital de Santa María de las Tiendas situado en el limite entre los municipios de Calzadilla de la Cueza y Ledigos en Palencia.

A medida que el tiempo transcurría, el número de documentos que había que custodiar aumentaba considerablemente, por lo que la Orden decidió crear la Encomienda de la Cámara de los Privilegios, cuya labor era encargarse del archivo. Se tiene noticia de la nueva encomienda en 1347. Esto originó un cambio en el emplazamiento del archivo. Por lo que respecta al lugar concreto en el que se guardaban las escrituras, en la visita efectuada a Uclés en el año 14685 el entonces comendador de la Cámara, Diego de Orozco, indicó que la documentación se guardaba en cinco cofres herrados y cerrados con llave, en la casa de la dicha encomienda, dentro de Uclés. Por tanto, el sistema por el que se custodiaban los documentos era el mismo que cuando estaban en la sacristía: guardados en arcas, a modo de tesoro. 

El archivo aún permanecía custodiado en la cámara del castillo cuando ocurrieron los disturbios por el Maestrazgo de la Orden. Al morir el Maestre Juan Pacheco, en el año 1474, los Reyes Católicos lograron que el Papa les concediese la administración temporal de la Orden (el Maestrazgo no pasaría a la corona hasta 1499). Las casas de San Marcos y Uclés convocaron Capítulo de forma independiente y eligieron sendos Maestres: Alonso de Cárdenas en León y Rodrigo Manrique en Castilla. Por esto, la Orden se dividió. Rodrigo Manrique luchó al lado de los Reyes en Alcaraz, en contra de Alonso de Cárdenas y del Maestre de Calatrava. Uclés estaba en poder de Alonso de Cárdenas, por lo que Rodrigo Manrique lo cercó. Finalmente, el alcaide entregó la fortaleza, que había sufrido grandes daños. “(…) cercaron la fortaleza y convento de Uclés, y con ingenios y pólvora derribaron los edificios; y finalmente se apoderaron de esta Casa. En esta contienda ya se pierden parte de los documentos. Quedan cuatro cofres.

En 1494 los visitadores dieron nuevamente información sobre el archivo. La Cámara de los Privilegios estaba situada en los corredores altos que salían al patio del claustro. Las escrituras y privilegios se encontraban guardadas en cuatro cofres chapados o revestidos de hierro, lo que indica el temor existente a que el fuego pudiera destruir los documentos. Además, los visitadores indicaron que existía un arca en la que se guardaba el sello de la Orden del Capítulo General. Fue este mismo año cuando los visitadores mandaron al comendador que hiciese un inventario de los documentos del archivo. En la visita de 149812 se indicó que la Cámara de los Privilegios estaba en la llamada Sala Vieja, donde ya sólo quedaban tres cofres (de los cuatro anteriores) y el arca del sello. En 1499 el Maestrazgo de la Orden de Santiago pasó a la corona, por lo que los monarcas se preocuparon directamente de conservar la documentación. Fue entonces cuando el archivo experimentó una etapa de grades cambios. La siguiente visita se produjo en el año 1500. Los documentos seguían custodiados en el mismo lugar que en 1494.

En el Capítulo General de la Orden celebrado en 1505 en Medina del Campo se tomó el acuerdo de construir en el Convento de Uclés una cámara y dentro de ella un archivo de madera, para poder guardar allí los privilegios, escrituras y libros de visita.

Diego de Torremocha juró su cargo y comenzó a trabajar en el archivo. Elaboró un inventario15 de todos los documentos contenidos en los cofres y en la visita a la Encomienda en 1508 ya figuraba como comendador de la Cámara.

En 1511 sabemos que los tres cofres con los documentos se guardaban en el convento de Uclés, en una cámara situada dentro de la iglesia, a la derecha según se entraba en la capilla, donde antes estaba el “vistuario” viejo.

, en el primero se guardaban los envoltorios de documentos pertenecientes a la provincia de León, en el segundo los de Castilla, y en el tercero los documentos generales de la Orden. También se encontraron allí escrituras de procesos y “otras cosas antiguas”. Sobre los cofres estaban colocados los libros de visitas anteriores, y un gran libro que servía como inventario. Se referían al llamado Inventario antiguo, antes citado, que fue elaborado por Torremocha en 1505 y constituye el primer instrumento de descripción completo del Archivo General de la Orden en Uclés.

En 1524 el archivo había sido trasladado a la “sobre claustra”.

En 1527 se habían acometido grandes obras de reforma en el convento. El prior decidió trasladar el archivo junto a la sacristía, a una cámara cubierta con bóvedas.

En 1533 y 1538, el archivo se encontraba en una cámara del claustro segundo a la mano derecha, según se subía, en una pieza con su puerta y dos llaves., descrita como “pieza buena y bien maderada”. 

Durante los siglos XVI al XVIII transcurrió una época oscura para el conocimiento del archivo de Uclés, pues apenas se tienen noticias sobre él. Es posible que permaneciese ordenado en sus cajones, en el mismo lugar que describieron los visitadores en 1553. Sin embargo, en esta falta de información puede apreciarse una pérdida de la importancia que en siglos anteriores tuvieron el archivo y la Encomienda de la Cámara de los Privilegios. A principios del siglo XVIII hay noticias del traslado del archivo a otra cámara mayor. A inicios del siglo XVIII también se conoce que el archivo había sufrido pérdidas de documentos, principalmente por destrozos de escrituras y privilegios, aunque nunca debido a un incendio.

En la primera mitad del siglo XVIII el santiaguista José Lopez de Agurleta se encarga de recopilar  bulas y demás documentos de interés para la historia de Orden en el archivo de Uclés. En septiembre de 1692 profesó como freile santiaguista en el convento de Uclés, donde, además de ejercer como sacerdote, dedicó sus días al estudio de la historia de la Orden. En Uclés ejerció de lector de teología, fue dos veces subprior, archivero y visitador general de la Orden, así como administrador del convento femenino de la Madre de Dios, de monjas santiaguistas, en Granada. La cercanía de la documentación de la Orden y el trato con otros eruditos contemporáneos suyos, determinó que sus aficiones se encaminaran al estudio de la historia de la caballería santiaguista. No menos importante que esto fue el nombramiento como archivero titular. Antes el Consejo de Órdenes le había encomendado el examen del archivo, a lo que dedicó tres o cuatro años.


En 1774 el Archivo General de la Orden se encontraba después del trascoro al Norte.

A fines del siglo XVIII se construye una cámara para el Archivo junto a la Iglesia del monasterio, a la parte del norte,  precavida de los acontecimientos de fuego, y otros á que suelen estas expuestos semejantes depósitos con cubrición de plomo que se hizo en el tejado: tiene quatrocientos caxones con buena órden y simetría.............

A inicios del siglo XIX la invasión francesa causó múltiples destrozos en el Convento y en los documentos y libros que en él se guardaban. El convento de Uclés sufrió gran destrucción, su iglesia fue profanada y su archivo y biblioteca expoliados. Tras la invasión francesa, la casa de Uclés se reconstruyó, pero su época de esplendor había pasado. Con la primera Ley de Desamortización, llegó al convento una comisión de Ocaña y otra de Huete, para hacerse cargo de los documentos. Durante la primera guerra carlista, Uclés nuevamente sirvió como campo de batalla, debido a su situación geográfica. Fue ocupado por los liberales y los carlistas, alternativamente. Los dos bandos fortificaron el convento, para prevenir los ataques, pero no trataron de proteger sus tesoros monumentales, artísticos y documentales. A este abandono contribuyó la exclaustración de los conventuales santiaguistas, que se llevaron de Uclés muchos documentos.

El archivo y la biblioteca quedaron en estado de abandono, rotas sus techumbres, puertas y estanterías. Las alimañas anidaban entre los documentos, que sufrían los efectos del salitre, lo que aceleraba su destrucción. Por otro lado, era muy frecuente el expolio, tanto de materiales constructivos como de documentos y libros. Esta situación límite motivó que en el año 1850 se ordenase que el archivo de Uclés pasara a la Real Academia de la Historia, orden que no se cumplió. En 1860, el Ministerio de Fomento puso fin al robo y deterioro en el archivo y la biblioteca, encargando un inventario de códices, libros, manuscritos y documentos de la casa-convento de Uclés. Para elaborar este inventario, la comisión designada (al frente de la cual estaba Juan Eugenio Hartzenbusch) tuvo que trabajar en pésimas condiciones, ya que incluso las cámaras no tenían techumbre. Literalmente, fue necesario desenterrar los documentos, que se encontraban bajo los escombros y el salitre.

En 1866 se creó el Archivo Histórico Nacional, y el archivo de Uclés pasó legalmente a formar parte de sus fondos. Sin embargo, el traslado de los documentos se hizo unos años después, en 1872. Hasta 1869 el convento quedó nuevamente abandonado.

El 25 de enero de 1872 el Ministerio de Fomento dio una Real Orden por la que los documentos, libros, códices, manuscritos, etc., de la Orden de Santiago guardados en Uclés, un valioso fondo que abarca desde el siglo XII hasta el XIX, junto con su cajonería, debían llevarse al Archivo Histórico Nacional, donde se encuentran en la actualidad.

En Uclés, el del infante don Manuel, padre de don Juan Manuel, y su esposa doña Constanza el 8 de enero de 1261, tras hacerse confreyres e familiares de la institución santiaguista, elegían su conventual conquense como ámbito de inhumación y establecían cuatro capellanías. El documento incluye la promesa del maestre Pelayo Pérez Correa de hacerles una capiella en Uclés y mantener quatro capellanes que canten y missas por vos e por vuestros defunctos por siempre jamás. No sabemos con exactitud cómo se ejecutó este ofrecimiento maestral, al contar sólo con una referencia tardía, una visita de 1515 donde se citan al lado del altar mayor dos arcos de enterramiento para don Juan Manuel, su mujer y dos hijos suyos. 

"Comendo mi cuerpo que sea enterrado en Ucles con la infanta donna Constanza, mi muger, et nostro fijo Alfonso, et que fagan las sepulturas mucho apuestas et muy buenas." 

La capilla de San Agustín del convento de Uclés, lugar de celebración de capítulos, se aderezaba con lápidas y bultos de maestres

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